‘Claves de comprensión’
26/02/16.-
Las
interpretaciones corrientes ven a Hercólubus como “el gran Justiciero del Fin”,
y en realidad es un Planeta Purgativo que produce “efectos” por donde pasa…,
pero nada más que eso. Los efectos serán fuertes o suaves según varios aspectos
a considerar:
1. La posición de la elíptica
de la Tierra en el momento en el cual el Planeta X atraviese su órbita más
cercana al sol.
2. La condición vibratoria
del planeta Tierra al pasar cerca ‘El Gran Astro que vibra bajo’.
3. La contención ‘grande,
escasa o nula’ de la Jerarquía Espiritual Planetaria junto a Hermandades
Cósmicas que pueden hacer durante este tipo de acontecimientos de acuerdo a la
posición del ‘ciclo evolutivo racial y planetario’ y a las posibilidades
kármicas.
Estos 3 puntos deben ser
estudiados a la luz de las últimas revelaciones publicadas en esta Escuela Interna, ya que todo obedece a
procesos destinados a favorecer el cumplimiento de los ciclos evolutivos para
el progreso de la CONCIENCIA.
Decir “progreso de la
conciencia” es lo mismo que decir “iluminación” o “salvación de las almas”; son
sinónimos.
Los eventos relacionados a
aparentes ‘traumas planetarios’, como pueden significar la caída de meteoritos,
terremotos, erupciones volcánicas, el cambio climático, etc., eventos algunos
de los cuales ya están sucediendo y otros que serían precipitados a gran escala
por la influencia magnética gravitatoria del ‘Astro X’ al pasar cerca de la
Tierra, son en realidad eventos necesarios para dar un giro a ‘situaciones discordantes cristalizadas en la
atmósfera viviente del planeta’. (Para más información ver “EgregorPlanetario”).
Estos eventos,
aparentemente ‘negativos’ si se observan desde un punto de vista materialista y
superficial, son en realidad “positivos” respecto de la evolución, en la cual
deben necesariamente cerrarse etapas para que se abran puertas a nuevos ciclos
de progreso.
Condiciones que
traumatizan a los inmaduros pueblos del mundo, son esperadas por las almas más
maduras con sed de cambio global, porque esperan condiciones de armonía y
transparencia duraderas en las relaciones comunitarias, económicas y políticas
del mundo.
Ciertos cambios pueden
darse por gradualidad, esto es verdadero y es mayormente por gradualidad como
procede la gran evolución universal; pero también es cierto y verdadero que
existen otros cambios que no son graduales sino de índole radical. Tales
cambios, que se dan al final de los ciclos, precisan de una total revolución de
las condiciones internas y externas de la vida. ‘Eventos cósmicos’ que sacudan
fuertemente al planeta, con todas las consecuencias que esto pueda acarrear, se
hacen necesarios cuando un CAMBIO RADICAL debe acontecer.
Un cambio radical de índole interno sería la erradicación de
la tendencia egoísta y egocéntrica en la humanidad y el surgimiento global de
una conciencia de auténtica confraternidad. Si bien este tipo de cambios deben
gestarse a través de los procesos escalonados y graduales de la evolución de la
conciencia, también es cierto que al final de ciertos ciclos raciales durante
el arco ascendente de la evolución, los cierres raciales son radicales, para
que pueda nacer la siguiente raza sobre esquemas enteramente renovados.
Cada raza raíz en esta
cuarta ronda evolutiva de esta cuarta cadena planetaria ha nacido sobre la
sepultura de su antecesora. Es decir que la regla ha sido la extinción casi
masiva de una raza para que nazca la siguiente, (aunque siempre quedan
remanentes raciales que se van extinguiendo de a poco, al ir perdiendo fuerza
de impulso y vitalidad, condiciones ganadas por la nueva raza naciente). La
raza lemuriana (la 3°), por ejemplo, ya casi no existe en la actualidad sobre
la Tierra en forma pura, excepto como mezcla con razas posteriores (las
tipologías y ciertas mixturas de raza negra provienen de allí); en cambio sí
existen tipos humanos atlánticos (razas amarilla y roja, esta última ya más
extinguida) junto a la actual 5° Raza Aria (hindú, céltica, grecolatina,
anglosajona y germánica).
Cada raza posee códigos
genéticos y de conciencia especiales y únicos, por eso un fin de ciclo racial
obedece a cambios estructurales radicales. El presente ciclo racial es el de la
Raza Aria, aunque como se explicó, quedan remanentes amplios de la raza
atlántica en el mundo (de algunas de sus subrazas con mixturas arias), ya que
cada raza tiene su nacimiento y muerte en períodos entremezclados con las razas
precedente y subsiguiente. Es decir que cuando una raza se acerca a sus
subrazas finales, ya comienza a surgir de entre sus filas, modelos humanos
especiales en los cuales el Manú trabaja para gestar anticipos de la raza
siguiente.
Pero cabe aclarar aquí que
desde que apareció el primer hombre pensante sobre la faz de la Tierra en los
últimos hombres lemurianos avanzados (3° Raza Raíz) hasta la fase casi final
(últimas subrazas) de la actual 5° Raza, el egocentrismo ha sido un aspecto
siempre presente y aún no superado. Si bien existieron hombres místicos capaces
de superar los límites del yo y conocer el Amor Universal, fueron
comparativamente pocos. “Aún se espera
el advenimiento de una Raza que vea cumplida la utopía de la Fraternidad entre
los individuos y pueblos en forma global y perdurable. Tal será la futura Raza
Solar, la sexta”. Todos los
cambios planetarios de ‘purificación’ obedecen al citado propósito y destino.
En síntesis: El
advenimiento al aura planetaria de eventos cósmicos que la afecten grandemente
obedece a ‘Leyes Cósmicas’ en las cuales ‘hablan’ las inteligentes operaciones
necesarias para la Evolución.
El ser humano de
conciencia promedio actual toma a todos los asuntos sobre cambios planetarios
con reticencia y negación psicológica, debido a su ancestral “miedo a la
muerte”, y ese miedo viene de la falta de conciencia de la vida del alma. El
hombre promedio actual aún ignora la vida del alma, porque vive mayormente
apegado a la materia y al mundo de las formas cambiantes. Entrar en la conciencia
álmica es comenzar a ver las esencias de eternidad de la vida del Espíritu.
Es por este motivo que, la
mejor y única preparación posible para que el ser humano acepte estos conceptos
acerca de la vida evolutiva superior y sus procesos cíclicos, es la adecuada INSTRUCCIÓN junto al Despertar
espiritual de la conciencia.
Cuando el ser humano
despierta así a “la Vida Interna” ya no resiste más este tipo de temas y puede
transformarse inclusive en difusor y portavoz de los conceptos de la Vida
Eterna, sin miedo a los diferentes procesos de la vida en el cambiante mundo
formal-temporal.
El plan de estos escritos,
como siempre hemos dicho, es favorecer la comprensión en los estudiantes del
mundo, más allá de las banderías grupales o sectarias de cualquier tipo.
Que la Paz os cubra y
compenetre.
Hermano
Sol
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